Hace
ya un buen tiempo, en algún taller para padres por medio de la
adopción en el cual colabore, recuerdo que estaba hablando de las
situaciones que se pueden presentar en el día a día y con el paso
del tiempo a partir de que el niño llega a su nueva familia; estas
situaciones se pueden presentar tanto en niños que han sido
adoptados al nacer, así como los que fueron adoptados algo más
mayores.
En
esa ocasión hablaba de lo importante que es detenerse un momento y
tomar en cuenta que si tu hijo es un niño que vivió
en una casa hogar u orfanato es porque tuvo una experiencia de
separación de sus padres biológicos, tal vez tuvo que ser
separado de las personas con las que
vivía, incluso entregado por las mismas, seguramente conoce de
primera mano el abandono y descuido
por parte de las personas que le dieron la vida, porque a su corta
edad vive con lo que en mi opinión es la peor de las
incongruencias en la vida,
“los seres que
me dieron la vida, son justamente los que me abandonaron, descuidaron
y/o maltrataron.”
Vivir
pensando así y peor aun
sintiéndose de ese modo, puede ser muy desgastante, a veces hasta
devastador, puede generar que el niño o niña se forme un concepto
negativo de él o ella misma a partir de esa experiencia y
puede afectarlo mucho durante su vida.
Cuando
la familia comienza a vivir por medio de la adopción, es importante
saber que es un lapso en el que se empiezan a tener cambios drásticos
e importantes en el día a día, esto sucede a todas las parejas que
se convierten en padres; aquí me voy a enfocar a las parejas que se
convierten en padres por medio de la adopción, sobre todo cuando se
dio la adopción de un niño mayor, pues también es un proceso de
adaptación para los nuevos padres, emprenden todos una manera
totalmente diferente a la que estaban acostumbrados a vivir.
Uno
de los papás ahí presentes dijo:
-¿Pero que me estás diciendo? ¿Qué le tenga lastima a mi hijo?
¡Eso lo jamás lo voy a hacer! ¡Yo lo tengo que disciplinar y tiene
que obedecer!
En
realidad lo último que pediría es que se le tenga lastima a un
niño, lástima es una palabra que refleja un sentimiento de pena o
de dolor que se siente por alguien que ha sufrido o sufre en su vida,
en realidad mi objetivo al hablar y reflexionar el origen de los
niños que han sido adoptados es que los padres y la sociedad en
general se sensibilicen a la realidad de estos niños, son niños que
no la han tenido fácil, y si lo pensamos bien han tenido
experiencias que muy probablemente muchos adultos jamás
tendrán, por lo que ignorar las experiencias de vida de un
hijo por medio de la adopción, combinado tal vez con un estilo
parental estricto y autoritario o el otro extremo un estilo parental
permisivo puede ser una receta para el desastre.
Uno
de mis objetivos en este trabajo que hago día a día en pro de la
adopción es tratar de sensibilizar a las personas y que por un
momento se pongan en el lugar de estos
niños, de ningún modo estoy diciendo que son niños que serán
víctimas de por vida, no, todo lo contrario, estoy diciendo que
fueron víctimas al nacer, o en sus primeros años de vida, ellos no
pudieron opinar ni hacer nada para mejorar su condición de vida en
ese tiempo, estoy diciendo que reconocerlo para empezar puede ayudar
mucho, puede lograr varias cosas muy importantes, puede
ayudar a que el niño/a supere ese difícil comienzo en la vida y
puede ayudar a construir un mejor lazo afectivo una vez realizada la
adopción pues cuenta con toda la comprensión de su nueva familia,
dicho de otra forma cuenta con el apoyo de sus padres.
GRACIAS por leer : ) Hablemos de adopción, Siempre!
Mónica Castañeda
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