Hablemos de Adopción, Siempre!

sábado, 26 de diciembre de 2009

Feliz inicio de 2010!

Haber entrado en el mundo de la pro-adopción ha sido una experiencia muy feliz en mi vida, el hecho de haber sido adoptada al nacer y haber tenido una mejor oportunidad de vida, tengo que compartirlo con todos, siento la necesidad de hacer todo lo que este a mi alcance para que cada vez más niños encuentren padres amorosos que los guíen en la vida, y mas parejas que encuentren hijos en los que puedan depositar todo su amor a través de la paternidad. Quiero que la gente perciba el concepto real y correcto de la palabra adopción.

Agradezco con todo mi corazón a Carlos por todo su apoyo y compañía, sin el no hubiera sido posible poner de forma tan acertada mis sentimientos y vivencias en palabras.

Ian y Sarah por su amor y comprensión en la vida de su mamá.

Tati por su cariño y colaboración para dejar mi primer escrito listo para compartir.

A la Lic. Anahiz Ireta Loaiza por tener la sensibilidad de escribir algo que me toco leer y me ayudo a poner la última pieza en su lugar e invitarme a colaborar con ella.

Al Centro de Estudios de Adopción A.C. por darme la oportunidad de acercarme a esta hermosa causa y a todas las personas que de una forma u otra me han ayudado a llegar a este punto en mi vida, donde puedo compartir sintiéndome feliz.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Hablemos de adopción, organizado por CEDEA.

Durante septiembre y octubre, CDEA, Centro de Estudios de Adopción en Guadalajara, Jalisco, México, llevó a cabo el taller “Hablemos de adopción”, cada una de las pláticas en el mismo estaban orientadas a los padres adoptivos desde el marco legal hasta el espiritual tomando como eje central los beneficios, derechos y obligaciones en la adopción.

Agradezco el honor de poder compartir mi historia y experiencia con el tema “La búsqueda” que tiene que ver con la necesidad de identificar el origen por parte de los hijos adoptivos. Mi intención fue darles la tranquilidad de que somos pocos los que buscamos nuestro origen cuando vivimos en una familia amorosa y si lo hacemos es solamente para esclarecer la duda de “¿a quién me parezco?” o quizá entender “¿porqué me abandonaron?”.

En mi vida he escuchado varias historias de hijos que emprenden esta búsqueda, sin embargo, la mayoría lo hacemos con el mismo fin y no tenemos la intención de quedarnos con la otra familia, finalmente, ¡familia ya tenemos!

En una de las sesiones previas, después de tocar el tema “Perspectiva moral” una madre que tiene dos hijos adoptivos nos compartió su testimonio, su historia es realmente feliz y llena de amor, la frase con la que me quedo yo después de escucharla es “con la adopción todo se arregla”.

Ella explicó porque es que todo se arregla con la adopción, como todos se ven beneficiados de la misma, esto es algo con lo que estoy completamente de acuerdo:

Para los progenitores; los progenitores que no pueden tener al hijo/hija en su vida por las circunstancias, cualesquiera que sean, se les arreglan las cosas y siguen con su vida.

Para los padres; porque tras tomar la decisión de querer tener un hijo/hija llega este nuevo ser a sus vidas para cumplir el deseo de ser papás. Tienen además la oportunidad de guiar a un ser en su camino de vida con todo su amor y darle todo lo que está en ellos para que sea una persona de bien.

Para el niño/niña; a pesar de vivir el rechazo y abandono de sus progenitores, llega al lugar al que tiene que llegar, a una familia amorosa donde es deseado, amado y lo ayudarán a lograr una buena vida.

En resumen, me da mucho gusto saber que habemos muchas personas que creemos que la adopción es un excelente camino y que lo vemos con un enfoque positivo que beneficia a todos los involucrados en este proceso, “¡con al adopción todo se arregla!”.

Felicito a todos los padres que asistieron a este taller por el amor que demuestran y por tener el valor de afrontar sus miedos y dudas para lograr una familia mejor en compañía de sus amados hijos/hijas.

El amor que ellos demuestran por sus hijos y las ganas de ser mejores padres, me ayudan a entender más a los míos y a agradecerles día a día su amor y se que a pesar de no conocer la verdad por medio de ellos, entendí mejor su intención de amor al no hacerlo.

Mónica Castañeda Urrutia.
Noviembre 08, 2009

domingo, 1 de noviembre de 2009

Inquietud de origen

Al leer “Una mejor oportunidad” algunos se han quedado con preguntas, donde retomando parte de la historia platico cómo termina la inquietud de origen.

El texto es realmente un homenaje a mis padres y el amor que ellos me dieron. La continuación de esta historia es “La inquietud de origen”.


Siempre tuve la sensación de que algo no estaba bien, aunque todo estaba aparentemente muy bien!! Recuerdo claramente que a mis 15 años pensé; “yo no soy hija de mis Papás y no les voy a preguntar nada, sería lo peor que yo podría hacer, entonces… ¿de quien soy hija? A mi Papá no me parezco y a nadie de su familia, ni poquito. A mi Mamá no me parezco aunque a su hermana sí, pero la hermana de mi Mamá es una señora casada, con una familia bien, tiene hijos, no tendría porque haberme dejado, si tiene 4 o 5 hijos, porque me hubiera dejado a mí, si no soy su hija, entonces, soy hija de su hija, ¡de mi prima!” Pensé eso porque me parecía mucho a ella y es la única persona con la que físicamente encajaba, tenia que parecerme a alguien para sentirme bien!

Jamás fui capaz de preguntarles a mis padres, yo creía que no era su hija, ¿De quien seré hija? ayúdenme a buscar a mi papá o mi mamá. Aunque era una adolescente decidí no preguntarles jamás y nunca lo hice, los hubiera lastimado, esa no era una opción, pasaron los años, y sigo pensando que ellos se fueron muy pronto en la vida.

Mi Papá murió; al año y medio, mi Mamá. Cuando mi Mamá estaba en su lecho de muerte, unas amigas de su juventud llegaron diciendo que mi Mamá tenia algo muy importante que decirme para poder seguir en la vida…… mi Mamá ya no podía abrir los ojos y ellas dijeron: “Blanca, que le tienes que decir a Mónica” ella se inquieto, no podía, le costaba mucho trabajo. Yo pensé que no había nada malo en nuestra familia, nada que esconder; lo único era ese pensamiento que yo tenía desde hace tiempo, tome de la mano a mi mama y le dije: Gorda yo te lo voy a decir, “¿Tu no eres mi Mamá verdad?” Mi mama abrió los ojos y me dijo “tu no tienes mas madre que yo” a lo que respondí, “claro gorda, eso yo lo se”.

Las amigas se sorprendieron y me preguntaron si yo ya lo sabía, entonces les pregunté, ¿entonces quien es mi mamá? Las señoras dijeron que fue una sobrina de mi Mamá y un muchacho que se veía mucho en el espejo, enseguida me entregaron una tarjeta con los datos de mi padre biológico.

Esos días fueron muy difíciles, si tuve la curiosidad de conocerlos, sobre todo al padre biológico, finalmente a la madre biológica ya la conocía, era mi prima. A pesar de tener la intención de conocerlos, no es algo que planeaba hacer inmediatamente.

Un día estaba yo pensando en todo lo que había pasado y decidí llamar a mi prima para decirle que sabía que ella era mi madre biológica, porque finalmente, era un hecho, una realidad, ¡y yo lo sabía! Tomé el teléfono, marque y ella contestó muy alegre y entusiasta como siempre era conmigo; después de saludarla le dije: “Te llamo porque ya se que eres mi madre biológica” ella empezó a gritar y a llorar descontrolada, “no, no, no”, su esposo tomo el teléfono y me pidió que por favor no la molestara, yo no podía dar crédito a lo que escuchaba.

No se como sucedió, de verdad no lo recuerdo, nos encontramos y empezamos a platicar ella y yo, tuvimos dos platicas que siguieron a esa llamada.

La primera me pidió perdón llorando desquiciadamente a lo que yo le respondí que no había nada que perdonar y le agradecí que no me hubiera abortado, también agradecí a Dios y a la vida por haberme puesto en manos de los hermosos Padres que me toco tener, le sugerí que no se angustiara y que olvidara todo eso, ella insistía, en ser mi madre hasta que le respondí, “no, no, no, yo Mamá tuve y muy linda Mamá.” Ella quedó molesta, sin embargo, yo había definido el límite.

De la segunda plática solo recuerdo verla a ella con ojos expresivos diciéndome que ese muchacho había sido su novio e iba a su casa, también agregó que esa no era una buena relación. Ella además recalcó el hecho de que fui niña y no sabría que hacer con una niña. Dijo “Era muy difícil para mi, me podrías quitar a mi novio! Yo no podía tener una niña!” En esa ocasión ella me ayudó a entender que ella estaba mal, enferma y no tenía corazón, sus palabras eran hirientes y desagradables. Me dieron ganas de llorar, sin embargo, había algo que impedía que ella me lastimara, el amor de mis padres, “GRACIAS Dios, que no estuvo junto a mi mientras crecí”.

Al mismo tiempo la vida estaba acomodando las cosas de una forma impresionante para que también conociera a mi padre biológico, a él no tuve ni siquiera que ir a buscarlo. A pesar de ser de la Ciudad de México, estaba en Guadalajara, cerca de mí, su hijo resultó ser alumno mío y por fin se presentaron las situaciones para que nos conociéramos. Él, al igual que ella, lloró pidiéndome perdón agregando que había sido un tonto inmaduro. Me aclaró que yo había nacido de mucho amor entre ellos dos. Me contó como habían sido novios e inmaduros, que la relación que ellos tenían era muy dañina y de haber seguido juntos hubieran terminado matándose.

Después de esto pensé que él por lo menos había sido considerado conmigo, además, tuve la oportunidad de convivir con el por un corto tiempo en el que me pude dar cuenta que el tenía reacciones parecidas a las mías, aunque yo si las podía controlar. Era una persona con actitudes negativas, soberbias, era hiriente, incluso, maltrataba a su familia, era completamente diferente a mi Papá que fue un hombre tranquilo, prudente y amoroso.

Por fin tuve la oportunidad de conocer a mis padres biológicos y entendí muchas cosas que tienen que ver con mi origen, físicamente me parecía a ella y en ciertas actitudes negativas a él, de cualquier forma el amor de mis padres y su ejemplo me ayudaba a controlarlas.

Hoy en día entiendo que la genética es lo menos relevante y que cada uno de nosotros es el resultado del ejemplo que vivimos en casa, mis Papás siempre fueron amorosos conmigo y GRACIAS a su ejemplo es que el día de hoy estoy viviendo una vida maravillosa. Si bien es cierto, es importante conocer el origen y satisfacer esa necesidad humana, lo más importante que queda en la vida es el AMOR de los padres y lo que sus enseñanzas nos llevan a vivir día a día.

GRACIAS Gorda, GRACIAS Gordo, los amo.


Mónica Castañeda Urrutia
Octubre 2009

sábado, 24 de octubre de 2009

Una mejor oportunidad

Homenaje a mis padres

Mis papás, una pareja unida con mucho amor y respeto. En la casa armonía día a día, la mayor parte del tiempo; caras alegres, risas, palabras de cariño o ánimo cuando necesario, mucha convivencia familiar, ellos dos y yo siempre juntos de la mejor manera. Trabajo, responsabilidad, esfuerzo y honestidad fueron parte de este ejemplo diario.

Tuvimos la posibilidad de disfrutar tiempo de calidad juntos; platicar, reír, ver televisión, él, aficionadísimo a algunos programas, uno de ellos, “Los Intocables”, me platicaba todas las historias y su opinión personal al respecto, muy entretenido, muy interesante; ocasionalmente salíamos de vacaciones a visitar a la familia, una vez al año, tal vez, y por una semana, rápido quizá, aunque había familia, los amigos en la ciudades de donde ellos fueron muy lindos, todo siempre muy agradable, muy bueno.

De mi infancia recuerdo algunos momentos que dejaron mucho impacto en mí. Uno de ellos es cuando cumplí 7 años; mis cumpleaños siempre fueron muy especiales, en este, mi Mamá se lució, la mesa hermosa con un pastel maravilloso y todo hacía juego; los platos, los vasos; muchos colores, ¡genial! La gelatina deliciosa y pastelitos para todos y por supuesto, muchos regalos. Mi Mamá me compró un vestido, yo estrenando de pies a cabeza, me peinó, fue a tomarme una foto de un póster, que a mí no me gustó tanto, y bueno al final es un recuerdo muy grato, lleno de felicidad, con Mamá muy emocionada. Recuerdo en especial ese día porque sin motivo aparente, volteé a ver a mi Mamá, miré su vientre, su estómago, y pensé; yo de ahí no salí y recuerdo perfecto ese pensamiento y lo que sentí, cómo tener un pensamiento tan feo cuando todo esta tan bonito?, tan divertido, algunas veces llegaban esos pensamientos, en pocas ocasiones, pero si llegaban.

Otro momento de la infancia que siempre fue muy bonito, de mis mejores recuerdos, Las Navidades ! , cada navidad era una maravilla; el árbol, los postres, la comida, el ponche delicioso y ¡muchos regalos! Mi Papá siempre conmigo, siempre tan buena onda, dispuesto y positivo, una navidad en especial llego mi bici, ¡que bárbaro! La bicicleta fue un gran descubrimiento para mí. Papá y yo tuvimos varias tardes de mucha risa mientras que yo aprendía, él por supuesto, alegre y con toda la disposición, después de llegar de trabajar, me llevaba al parque a practicar, aunque hasta el patio o la banqueta eran buenos para aprender, cada día que pasaba me sentía muy feliz, aunque…. también sentía que algo estaba mal y eso me desesperaba, ¡no sabía lo que era!, una ocasión íbamos en el carro; los volteé a ver y pensé – yo no soy su hija?, les preguntaré? – Y en el momento me respondí, “no como crees, nunca les voy a decir eso, los haría sentir súper mal”.

Cuando llegué a la adolescencia, nuestra vida familiar siempre había sido tranquila, muy a gusto, muy buena, aunque constantemente pensaba que algo no encajaba, me acuerdo que tenía yo tantas ganas de ir a ver bebés recién nacidos a hospitales, que me salía a veces de la preparatoria, y me iba al Hospital Santa María Chapalita, me quedaba fascinada viéndolos y pensaba, “que ganas de abrazar a ese bebé y cuidarlo” y de nuevo me preguntaba, “¿qué te pasa Mónica?” no sabía porque pensaba en eso; al mismo tiempo me daba coraje y me sorprendía a mí misma, aunque yo sabía que tenía muchas ganas de un bebé.

Después de mi fiesta de 15 años; que gracias a Dios no fue una fiesta con vestido y cadetes como quería mi madre; en la noche yo empecé a llorar muchísimo porque aún no había tenido un bebé, recuerdo claramente que a mis 15 años pensé; “yo no soy hija de mis Papás y no les voy a preguntar nada, sería lo peor que yo podría hacer, entonces… ¿de quien soy hija? A mi Papá no me parezco y a nadie de su familia, ni poquito. A mi Mamá no me parezco aunque a su hermana sí, pero la hermana de mi Mamá es una señora casada, con una familia bien, tiene hijos, no tendría porque haberme dejado, si tiene 4 o 5 hijos, porque me hubiera dejado a mí, si no soy su hija, entonces, soy hija de su hija, ¡de mi prima!” Pensé eso porque me parecía mucho a ella y es la única persona con la que físicamente encajaba, además era una prima que no me caía muy bien, fue muy enfadosa conmigo, cada vez que íbamos de vacaciones a Monterrey siempre me estaba ofreciendo cosas y me quería llevar a pasear, incluso llegué a decirle a Papá que cuando llegara mi prima por favor le dijera que no, que teníamos otras cosas que hacer, mi Papá solamente sonría y amablemente me preguntaba ¿porqué?, a lo que respondía “no me siento muy a gusto con ella”, él solo sonría y decía, “es tu prima, te quiere y solo es una vez al año” Yo me quedaba con las sensación de, mejor no GRACIAS aunque lo aceptaba, yo tuve ese pensamiento y además llegó a ser muy acertado.

Yo agradezco desde el fondo de mi corazón a mis Papás por todo lo que me dieron, amor, cariño, convivencia sana, cumpleaños felices, en resumen, una calidad de vida excelente llena de todo lo que cualquier niña hubiera querido, sin embargo, desconocer la verdad de ninguna forma evita que lleguen las preguntas como me llegaron a mí y esa verdad siempre la hubiera agradecido así como agradezco todo el amor que ellos me dieron, aún cuando ellos ya no estaban, su amor me dió fuerza para salir adelante en cada situación adversa que se presentó, este amor es el que me llevó a tener la vida plena, llena de amor, siempre con ganas de seguir creciendo y aprendiendo de la felicidad como hoy lo vivo.

Monica Castañeda Urrutia