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miércoles, 22 de agosto de 2012

Una madre sensible


Me interesa mucho entender lo mas posible la adopción y todo lo que la rodea porque de esta manera se que va a ser mucho más atinado lo que se puede hacer para vivir mejor.

En mi opinión cuando hablamos del óptimo desarrollo físico y emocional de los niños/as es posible reducirlo a lo sensible que la mujer que se convierte en madre sea hacia su hijo/a. La mayoría de las mujeres no están 100% preparadas ( Aquí me incluyo yo, claro ) para cuidar al nuevo ser que traen al mundo, sin embargo, la mayoría están completamente dispuestas y comprometidas para hacer su mejor esfuerzo y aprender a desempeñar cada día mejor su rol de madre. Aún dentro de situaciones adversas la mayoría de las mujeres saben dentro de sí que cuentan con uno de los recursos más importantes para su bebé, la capacidad de amarlo y hacer todo lo que esté dentro de su capacidad, por más limitada que esta sea, para procurar su bienestar. Muchos conocemos historias de mujeres valientes, guerreras decididas, que lograron sacar adelante a sus hijos/as a pesar de la adversidad, es probable que incluso conozcamos a una de estas mujeres excepcionales, que lejos de ser perfectas fueron madres que hicieron todo lo posible y más por el bienestar de sus hijos/as.

En muchos de los casos de adopción la madre biológica no cuenta con los recursos emocionales, psicológicos y/o económicos para proveer el bienestar a su hijo/a por un sin fin de razones que pueden ser muy variadas. Comúnmente detrás de una adopción encontramos historias de vida muy difíciles, muy fuertes, que a pesar de reconocerlas, no entraré en detalles. En este escrito me concentraré en la persona más desprotegida en esta situación, el niño/a/a abandonado o entregado en adopción.

Hay estudios que han demostrado que el niño/a siente el abandono de sus padres biológicos, experimenta esa separación, especialmente la de la madre, esta es su realidad de vida durante los primeros años. Para entenderlo, o tal vez, para creerlo es necesario recordar que el ser humano recién nacido se encuentra totalmente indefenso y necesita el amor y los cuidados de su madre (idealmente), o de una persona que actué como tal para sobrevivir. Ese amor, cariño y cuidados, le ayuda a pasar un tiempo por el cual se dan procesos fisiológicos muy importantes, lo más importante es que genera la base, el cimiento, para su desarrollo emocional principalmente durante sus dos primeros años de vida.

La mayoría de los bebés que son cuidados por su madre reciben desde el vientre cierto cuidado que continúa principalmente durante los dos primeros años de vida. Estos cuidados son un factor definitivo para el desarrollo emocional y físico. Al nacer, la madre toma en sus brazos al bebé, lo acerca a ella, le da muestras de amor, habla con él, lo mece y alimenta, además, instintivamente lo tiene cerca de su corazón, mientras lo amamanta, alimenta y conforta. Eso es proveer con todo lo que un bebé necesita para aprender al inicio de la vida y formar lo que sera una especie de mapa que lo guiará al crecer y relacionarse. Esto es algo que un niño/a/a abandonado y posiblemente adoptado no tendrá jamás y por consecuencia, el mapa que menciono será mucho más complejo de formar y tomará mucho más tiempo lograrlo.

Los bebés que se desarrollan tranquilamente en el vientre de una mujer que lo desea y que al nacer cuida de él, arrulla, alimenta y atiende, enseñándole a sentir la cercanía, tono de voz y el calor del contacto, han demostrado promover el desarrollo emocional y físico estable del bebé en cada uno de los procesos que está viviendo y le ayudará a poder concentrarse, comunicarse, responder, confiar en otros, soportar la frustración y aprender de sus propias experiencias. Esto es lo que los expertos llaman competencias básicas para construir una personalidad estable.

Esta situación de carencia de amor y cuidados se presenta mucho en los niños/as adoptados, más aún cuando fueron adoptados mayores, sin embargo, también le sucede a niños/as que crecen con su madre biológica y ésta es incapaz de establecer una relación de amor y apego con su hijo pues tampoco tiene los recursos antes mencionados para criarlo. Entonces, esta condición afecta tanto a los hijos/as adoptivos como a los biológicos y depende mayormente del tipo de contacto que tuvo con la madre en los primeros dos años de vida. En el caso de los que fueron cuidados por sus padres se presenta el abandono presencial, esto es, están abandonados a pesar de vivir con ellos. Esto es algo que lastima mucho a un ser humano, son niño/as que conocen los malos tratos, el descuido, el abuso y si tienen suerte serán separados de sus padres y puestos en casas hogar u orfanatos, en donde al menos vivirán más tranquilos y con una oportunidad de ser adoptados.

En consecuencia, es lógico entender que estos niños/as tienen una situación especial que requerirá atención profesional especializada porque en su momento más indefenso y vulnerable carecieron del cuidado que requerían.

Ahora, también es igual de importante entender que la mayoría de los niños/as con un comienzo difícil en la vida como el que describo, SI cuentan con la capacidad física y emocional para recuperarse y sanar emocionalmente, más aún los que ya están en una familia en la que sus nuevos padres son sensibles a su condición, lo aman, lo respetan incondicionalmente y están enfocados a lograr que la supere. El hecho de que un proceso así pueda ser exitoso no es casualidad, es un proceso para el cual se necesita conocimiento, preparación y ayuda profesional, también es importante recalcar el valor que tiene la forma en la que se maneje su historia y el tema de adopción en general ya que la perspectiva que tenga de la adopción la formará con el día a día.

Qué hacer con un hijo adoptivo que viene ya con una historia, con una herida.
Independientemente de si es bebé o ya mayor, lo mejor es trabajar en formar un apego seguro, ¿cómo? Ayudándolo a aprender a vivir de una manera diferente a la que conocía hasta el día en que llego a tu familia por medio de la adopción, ayudarlo a entender y verbalizar sus emociones, al mismo tiempo que las respetas con mucho amor. Hablar con la verdad, ser paciente, darle cuidados y apoyo día a día, física y emocionalmente son los puntos cruciales para que pueda recuperarse y realmente lograr una vida mucho mejor.

En muchas ocasiones cuando los papás reciben un bebé pareciera que lo que quieren es olvidar la historia, en muchos casos ocultarla, desconociendo por completo la herida que sufrieron al nacer. En muchos casos he escuchado padres adoptivos que mencionan que su amor será suficiente para que lo supere y evaden la atención a esta condición que se puede revertir con la atención necesaria. Otros papás que conozco piensan que hablar con un bebé es absurdo, y más aún hablarle de su adopción, la finalidad que esto tiene es la de formar el lazo con los padres al tiempo que les da la seguridad de hablar del tema como algo cotidiano.

En el caso de las adopciones de niños/as mayores los padres normalmente buscan integrarlo por completo y de inmediato a un medio ambiente establecido para niños/as de su edad, así como a su círculo familiar y social. En la escuela lo quieren colocar en el grado que por edad, “le corresponde”, y además, esperan que tenga buena notas, en caso de no tenerlas, lo tienen en clases adicionales para que “se ponga al corriente con los de su edad”, mientras que también tiene que socializar y ser el hijo/a que ellos esperan que sea.

En ambos casos lo más importante es entender que el niño/a tiene una condición especial, que está viviendo un duelo y que su desarrollo emocional ha sido mermado por este abandono.

Por último recordemos una cosa, esta condición se presenta tanto en hijo/as adoptivos como en biológicos y en todos los casos siempre se puede mejorar, es cuestión de reconocer el abandono que tu hijo/a sufrió, el duelo por el cual posiblemente esté pasando y tomar acciones para ayudarlo a superar dentro de lo cotidiano esta situación al tiempo que buscas ayuda profesional especializada o enfocada en adopción.

Mónica Castañeda Urrutia

2 comentarios:

  1. Pues...magnífica esta reflexión...y ahí estamos nosotros, esos padres que tb piensan en los otros padres...un triángulo que siempre hay que contemplar...Unas circunstancias, sentimientos, emociones, duelos y búsquedas que hay que respetar, apoyar y entender...y para eso no basta sólo el amor...hay que prepararse y dejarse aconsejar por profesionales...Yo que estoy en contacto con muchas familias adoptantes y...casi ninguno piensa como yo...muy pocos...Todos creen que con amarlos ya es suficiente para curar sus heridas...Esto no lo comprenden muchos, incluso los papás y mamás adoptados por sus hijos que llegaron un día a sus vidas con otras vidas que nunca, nunca hay que olvidar...Me contó mi hija el otro día algo...que contaré en mi blog...si te parece...Gracias por tus reflexiones, son muy importantes para las mamás que sí creemos que nuestros hijos ya tienen una especialidad: tiene un pasado en el que no estuvimos nosotros y eso deja huellas...
    Mei
    Desde España, Andalucía

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  2. Hola Mei, mencionas algo muy cierto que me motiva día con día, todavía hay muchos papás que no saben o no creen estas circunstancias especiales de vida dentro de la adopción, aun así las cosas han mejorado : ) Te agradezco tu comentario, tengo la esperanza de que estos escritos puedan ayudar en algo a las personas que les interesa o viven la adopción.

    Saludos hasta el otro lado del charco, tu España Hermosa!
    Mónica C.U

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