Perdí a mis padres con dos años de
diferencia entre sus muertes. Mi papá, el mejor papá del mundo, se
fue primero y de una manera repentina, sufrió un infarto fulminante
que acabó con su vida, seguir viviendo sin él fue muy difícil de
verdad. Un día estaba con nosotros y al día siguiente se había ido
para siempre. Ese día es el que recuerdo como el peor día de mi
vida, el más doloroso y definitivamente eso no cambiará, además
fue un día que temí por mucho tiempo que llegara hasta que llegó.
Pasé años sufriendo por lo que inevitablemente sucedería algún día.
El momento que sufrí y llore tantas veces durante años, mucho antes
que sucediera finalmente llegó, a partir del día de la muerte de mi
papá empecé a sufrir más. Ahora se que suspendí mi vida, y entré
de lleno a la tristeza y la negatividad, hoy entiendo que estaba
viviendo un duelo sin resolver al tiempo que sufría la segunda
pérdida más fuerte en mi vida, perdí a quien era más importante
para mi.
Mi papá fue el único que día a día
me dio amor, atención, cariño, tiempo, apoyo y sobre todo buenos
tratos, además, me dio un ejemplo de vida, de amor, enorme, pensar
en él como papá adoptivo es totalmente fuera de lugar, fue mi papá,
y punto.
Realmente me hubiera gustado mucho
hablar con él de mi origen, cómo fue que llegué con él y mi mamá.
Años después me enteré que este tema lo agobiaba mucho, después
de su muerte, algunas personas de la familia me comentaron que el les
pidió que por favor no me dijeran nunca nada de mi adopción y que
si lo hacían que fuera hasta que muriera, esto tampoco lo hicieron,
sino hasta que mi mamá murió.
Al año y medio de morir mi papá murió
mi mamá, enfermó. El diagnostico fue terrible, cáncer terminal,
después de 6 meses muy difíciles murió. Perdí a mi mamá y sentía
que la vida era solo miedo, pérdida y llanto. Mi mamá me dio mucho
cariño y amor durante toda su vida, también, hubo situaciones
incongruentes, sin que ella y yo jamás habláramos del tema se que
ella lamentaba no haber tenido hijos, no haber podido dar vida. Aún
así me dio lo mejor de ella, y finalmente, algunos días antes de
que falleciera, conocí la verdad. A los 30 años, por fin empecé a
resolver tres duelos que tenia pendientes en mi vida. A los 30 años
empecé a conocer mi historia y a llorar mis tres pérdidas con mucha
intensidad. Llegué a un momento de mi vida en el que no tenía ganas
de vivir, todo empezó a cambiar cuando casi a rastras una amiga me
llevó a la oficina de una psicoterapeuta, gracias a Dios por mi
amiga, a partir de ese momento todo empezó a cambiar. Pasó un
tiempo y por fin logré dejar atrás todo ese dolor, toda la
tristeza, angustia y descontrol llegaron a su final.
Hoy mi misión de vida es dedicarme a
encontrar la manera de dejar mi aportación en el mundo de la
adopción porque se que la adopción puede ser lo mejor que puede
pasarle a una persona que ha sido abandonada o que quedo en una
situación de desamparo en el comienzo de su vida, yo lo viví como
muchos lo han vivido.
El abandono que sufrí al inicio de mi
vida dejó una herida muy profunda y la forma en la que mis padres
decidieron manejar mi adopción como un secreto no ayudó a superar
ese dolor, sin embargo, viví con mucho amor y cariño con unos
padres que hicieron todo para procurar mi bienestar.
Para consolidar mi misión de vida,
entre otras cosas, participo en talleres para futuros padres
adoptivos, en algunos comparto mi testimonio de vida, hablo de la
experiencia de la pérdida y abandono, lo cierto es que siempre que
hablo de mi historia me supera la emoción.
En algunas ocasiones después de
compartir mi testimonio me han comentado, que soy como el Ave Fénix,
a pesar de un comienzo difícil en la vida, de vivir sabiendo sin
saber de mi adopción, de vivir en un secreto que yo conocía y de
sufrir pérdidas tan fuertes en la vida, de haberme sumergido en la
tristeza y depresión logré resurgir, agradecer el amor de mis
padres, recuperar el amor por vivir, tomar acciones y dedicarme de
lleno a trabajar para mejorar la vida de padres e hijos que son
familia por medio de la adopción y día a día en mi práctica como
psicoterapeuta, me doy cuenta que las personas si logran cambios que
mejoran mucho su calidad de vida, lo cual es motivo de gran felicidad y
gran satisfacción.
Mi querida Mónica, como madre adoptiva necesito aprender, descubrir qué es lo que puede ayudar a mi hija a ser ella misma, sana, segura, con fuerza para enfrentar su pérdida... despúes de leer tu entrada solo se me ocurre agradecer tu testimonio y enviarte un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarItsaso
Hola Itsaso, estoy segura que tus deseos como madre. de hacer todo lo que puedas para ayudar a tu niña a superar su pérdida te van a llevar a ser muy atinada.
EliminarMuchas gracias por tu comentario : )
Desde México les mando un gran abrazo.
Te leo por vez primera...y buceo en tus sentimientos que tan bien haces en copartir por lo que nos enseñas a los que creiamos a nuestros hijos sin parirlos de manera biológica...Gracias. Yo cuento mis experiencias aquí, por si te interesa en mi blog de postadopción....
ResponderEliminarhttp://hongmihijo.blogspot.com.es/
Hola Mei, gracias por leer y por lo que me dices ; )
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