La
adopción es una medida de protección a la infancia; esto es algo
que puedo leer y escuchar en cualquier lado que se hable de adopción,
incluso en el diccionario figura esta descripción.
En
realidad me parece muy importante reflexionar el por qué nace la
adopción, esta práctica tiene su origen en el agravio en la niñez,
nace del maltrato que un ser humano puede recibir, en muchas
ocasiones, desde el vientre de su madre, que es el inicio de toda
vida.
Abandono,
descuido, abuso, y demás agravios son situaciones que muchos seres
humanos experimentan en el comienzo de sus vidas, y no debemos
olvidar que muchas veces aunque los niños permanecen con sus
familias de origen, los cuales no tienen capacidades y/o recursos
para criar, amar, guiar, apoyar a un hijo o hija y lejos de hacerlo
solo lo dañan con maltratos que van desde, humillaciones, golpes,
dejándoles una especie de mapa negativo a seguir, con el que se
relacionaran en la vida adulta.
Como
señalan el Dr. Jorge
Barudy,
neuropsiquiatra, psiquiatra y terapeuta familiar; y la psicóloga y
psicoterapeuta infantil Maryorie
Dantagnan en su libro
“Los buenos tratos a
la infancia (2005)”:
“Un
ciclo transgeneracional de la violencia familiar.”
“Muchas
investigaciones concluyen que un alto porcentaje de los padres y
madres que violentan a sus hijos y familias, fueron precisamente
niños o niñas maltratados que no fueron adecuadamente protegidos ni
ayudados para superar el daño de esas experiencias al inicio de sus
vidas. Si bien es cierto que no se trata de un determinismo, los
profesionales que trabajamos en este campo y las diferentes
investigaciones señalan que unos de los grandes daños de los malos
tratos no es solo el sufrimiento y el deterioro del desarrollo
infantil, sino su repetición”.
Entonces,
cuando un bebe es desatendido por sus progenitores, y es dado en
adopción, o como cada cual prefiera nombrar a ese momento de
separación tan doloroso para un ser que ha tenido esa experiencia
justo al inicio de su vida; y/o cuando las autoridades han tenido que
intervenir y separar a los niños o niñas de esas familias, sus
familias de origen donde solo recibían perjuicio y yo agregaría,
que corrieron con suerte de que se les haya separado de esa familia
que les maltrataba y dañaba día a día, sin ni siquiera tal vez,
ser conscientes de esa situación, pues las personas que maltratan
solo saben hacer eso, “mal-tratar”, “mal-educar”, sobre todo
los casos donde no se tuvo apoyo emocional por parte de nadie cuando
crecían, o quizá lo obtuvieron de personas incoherentes y
disfuncionales. Se combinan una cantidad impresionante de
circunstancias negativas que solo acaban por destruir a un niño o
niña en ese tiempo en el que todos los seres humanos somos tan
vulnerables, “la
infancia “, sobre todo
los tres primeros años de vida y desgraciadamente, son pocos los
que se dan cuenta de eso y son menos aun los que tienen la fuerza de
enfrentar, responsabilizarse y cambiar las actitudes y manera de
relacionarse en la vida.
Recuerdo
una ocasión, la charla que tuve con un adulto, que en su infancia
solo fue violentado, humillado y desprotegido por su padre y también
por su propia madre, me decía gritándome, con lágrimas en los ojos
y una rabia absoluta:
-Mónica,
yo cambiaría mi vida por la tuya en cualquier momento, tu adopción
fue algo que te dio una vida llena de amor y cuidados, a mi mis
padres ¡solo me jodieron la vida! ¡Cada día de mi vida con ellos,
fui maltratado! Hasta que me convertí en adulto y logre salirme de
ahí. Era un hombre de casi cuarenta años con dolor, rabia, y un
resentimiento profundo, totalmente definido por su terrible inicio en
la vida, por la familia en la que le toco nacer.
Entonces
¿Qué sucede cuando estos niños, ya sea abandonados al nacer, o
separados de sus familias biológicas son adoptados?
¡Todo
empieza a subsanarse! Una nueva vida comienza para todos los
involucrados y esto lo he mencionado en varias ocasiones en este
blog, porque no es más que la verdad.
-Los
progenitores siguen sus vidas-
-La
pareja deseosa de tener, completar o extender su familia lo logra
El
niño o niña llega un hogar, en donde la mayoría de las veces
encuentra un papá y una mamá con una gran capacidad de ejercer la
paternidad y logran los tres una vida en familia.
Por
lo tanto la adopción, llevada con amor y conocimiento de las
situaciones que se pueden presentar en el día a día puede lograr
darle la fuerza, seguridad y amor a un niño o niña, el cual tuvo
una difícil experiencia al comienzo de la vida. La adopción puede
interrumpir ese ciclo transgeneracional de la violencia familiar, en
mi opinión otra poderosa razón para seguir trabajando en Pro de la
adopción : )
Quiero
desearles a todas y a todos los que toman un momento de su día para
pasar por este blog y leer acerca de adopción, que tengan muy
Felices Fiestas Navideñas y un excelente Año Nuevo 2014!!!
Seguimos
en contacto en Enero del 2014!
Gracias por Hablar de adopción!!
Mónica
Castañeda Urrutia
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