La hija del Himalaya
Una pareja malagueña que adoptó a una niña en Nepal crea una ONG para ayudar a los jóvenes del pueblo donde nació. Tras apadrinar a medio centenar de menores, la asociación apuesta ahora por el turismo de montaña para llevar riqueza a la región.
Meena, que ahora tiene 17 años, sigue en contacto con sus parientes en Goljung
Nació en el Himalaya, en un pequeño pueblo llamado Goljung y situado a 3.500 metros de altitud. Sus rasgos orientales le delatan, pero Meena se considera una adolescente malagueña más. Llegó con sólo cinco años y desde entonces, en su corazón conviven dos mundos y dos culturas: la de su familia de adopción en Málaga y la de los parientes que dejó en Nepal, con los que ha mantenido el contacto durante todos estos años, a pesar de que lo normal en el caso de niños adoptados en el extranjero es que pierdan los lazos con su lugar de origen.
Meena tiene ahora 17 años y estudia Ciencias Ambientales en la Universidad de Málaga (UMA). También da nombre a la asociación de ayuda a Nepal que sus padres, Alfonso Muñoz y Mariví Heredia, han creado en su honor, 'Meena Ghale'. La ONG ha conseguido que medio centenar de jóvenes del valle natal de Meena hayan continuado sus estudios en Nepal. Muchos incluso siguen su formación en la capital, Katmandú, y se alojan en un piso financiado desde Málaga con los apadrinamientos. Un esfuerzo solidario que nació como fruto de los profundos lazos que unen a las dos familias de Meena.
Alfonso y Mariví adoptaron a la niña en Katmandú. Pero descubrieron que la pequeña había nacido en un pueblo al norte del país. En ese mismo momento, Alfonso, un amante del montañismo, decidió que tenía que visitar aquel lugar para saber de dónde venía. «Fue la mejor decisión; al ver a Meena nos enamoramos de ella, pero al conocer el lugar donde nació, nos enamoramos de todo su pueblo», dice.
Después de un viaje por carreteras imposibles, llegó Goljung, con la cordillera del Gansh Himal al fondo y en el valle del río Chilime Khola, una zona rural donde las familias deben trabajar muy duro para sobrevivir. Allí viven las tías de Meena, su abuela y un tío que fue quien cuidó a Meena cuando su madre falleció.
Las dos familias de Meena
De vuelta a Katmandú y a punto de regresar a España, Alfonso y Mariví se llevaron un buen susto. Los tíos de Meena aparecieron en el hotel donde se hospedaban. «Nos dijeron que no hablásemos con ellos porque querrían llevarse a la niña», recuerda Alfonso. Pero sólo querían despedirse de la pequeña. «Su tío Milan se acercó a ella entre lágrimas y le pidió que fuese una persona honesta para que su familia y su gente se sintiesen orgullosos de ella en su nueva vida», relata Mariví. Aquello les marcó para siempre y decidieron que no podían alejarla de sus orígenes. «Entonces decidimos que la familia de Meena en Nepal formaría parte de su vida y que haríamos lo que fuese para que conociese sus raíces», dice Mariví.
Poco después, mientras que Meena se adaptaba a Málaga, nacía la asociación. «No dejábamos de hablar de Nepal a nuestros familiares y amigos y, al final, contagiamos a mucha gente del amor por aquella gente y empezamos a apadrinar a algunos niños que, como ocurrió con Meena, viven con dificultades. Apadrinan a los niños de los pueblos del valle, pero también a sus familias, que reciben una ayuda económica a cambio de liberar a sus hijos del trabajo del campo para ir a la escuela.
Un pueblo amigo
Otro de los proyectos de la asociación Meena Ghale es crear una clínica en Goljung, ya que actualmente, el centro de primeros auxilios del pueblo permanece cerrado durante casi todo el año ante la ausencia de médicos en la región. Dos de los becados de la asociación trabajan ahora en esta clínica como enfermeros para atender a la población. Para llevar a cabo todos estos proyectos, los habitantes de Goljung crearon, con la yuda de la ONG una Sociedad Nepalí de Servicios, dirigida por los propios vecinos.
Pero la ONG va más allá, Alfonso está intentando fomentar el turismo en el valle a través de un itinerario de senderismo de montaña o 'trekking'. La 'Ruta de los pueblos tamangs' propone a los viajeros más aventureros un recorrido de cuatro días con alojamiento y comida en las casas de los lugareños, una estancia gestionada por la sociedad de servicios. «Esto crearía riqueza para todas las poblaciónes de la provincia», señala Alfonso. Su hija, implicada todas las actividades de la ONG volverá este año a visitar Nepal. «Mi vida ya está en Málaga, pero soy mejor persona gracias a quienes dejé allí en su día y que siguen formando parte de mí». Namasté, se despide usando el saludo nepalí.
Lee el artículo en: http://www.diariosur.es/v/20100322/malaga/hija-himalaya-20100322.html
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