Hablemos de Adopción, Siempre!

lunes, 1 de febrero de 2016

Abandono

Del mismo dolor vendrá un nuevo amanecer.
G. Cerati

¿Realmente funciona evitar hablar de abandono?

Sé que este es un tema que causa controversia cuando se habla de adopción; en muchas ocasiones he escuchado a madres y padres formados por medio de la adopción, tocar el tema del abandono de una manera, nerviosa, con miedo, con su hija o hijo. Pues como la mayoría sabemos, abandonar, definitivamente no es un acto de amor; abandonar: es dejar, descuidar, desamparar.
Como hija por medio de la adopción, puedo decir mi sentir al respecto, sé que muchas personas que hemos sido adoptadas coincidimos en nuestras emociones, sin embargo sé también que debe haber muchos casos en los que tal vez la experiencia fue diferente.
Cuando supe que en realidad la familia con la que crecí, no fue mi familia biológica, inevitablemente me sentí abandonada (como lo he expresado antes), en ese momento era una mujer adulta, aún así me sentí desamparada. Me sentí terrible pues la o las personas que me dieron la vida “no me quisieron” las personas que a “todos los demás siempre quieren” a mí no…, a mí esos padres me abandonaron. ¿Pueden sentir el poder de esa palabra?, ¿pueden sentir el significado de esa palabra tan fuerte? Todo eso me genero muchas emociones y todas ellas negativas.
Si en alguna ocasión el niño o niña adoptada manifiesta en palabras lo que siente. Si ese niño o niña expresa lo que realmente piensa, y tiene la confianza y/o valor, o tal vez la suficiente tristeza o coraje, como para preguntarle a algún adulto o sus padres:
— ¿Por qué mi madre me abandono?, ¿Por qué mis padres me desampararon de esa manera?
Es en mi opinión una oportunidad de oro para ayudar a ese niño, a percibir su historia de origen y de abandono de una manera mucho mejor, de una manera asertiva; sin embargo, pareciera que ese momento para muchos adultos es terrible, parece que la palabra abandono fuera algo que jamás nadie debiera mencionar y mucho menos en su propia historia, y todavía más grave que lo diga una niña, un niño.
En ese momento muchas personas sino es que la mayoría contestan:
—No hijo, tu mami no te abandono.
Y después de esta primera oración me permito reflexionar….
¿Qué está escuchando ese niño?, ¿cuál es el mensaje que ese niño recibe?, ¿qué le está queriendo decir su mamá? Me pregunto que pensara ese niño o niña al escuchar que lo que él vivió y lo que él siente no sucedió.

·         ¿Qué lo que está sintiendo no es cierto?
·         ¿Qué si su mamá no lo abandono?… ¿Entonces qué paso?
·         ¿Que está muy equivocado? ¿Qué está en un terrible error?
·         Tal vez se pregunta así mismo: ¿Por qué mamá se preocupa tanto con mi pregunta?
·         ¿Acaso eso que me paso es tan malo?, que  mamá  se pone tan nerviosa y me da razones que no me convencen.

Y tal vez el niño decide que lo mejor es no preguntar, porque se crea un mal momento puesto que su mamá o papá, se ponen mal y empiezan a decir cosas que no vienen al caso, incluso muchas de las veces sin sentido.
Lo he pensado mucho y he llegado a la conclusión que la mayoría contesta a esa pregunta normalmente creando argumentos para evitar el dolor, argumentos para endulzar una dolorosa situación, (como si se pudiera). Esto en realidad resulta ser “mentiras piadosas”, para que no le duela a alguien que fue abandonado, el desamparo que sufrió.
Quiero dejar claro que entiendo perfectamente que son argumentos que vienen del amor que se le tiene al niño o niña, solo que desgraciadamente están totalmente alejados de un conocimiento real y adecuado para el manejo de una historia de abandono, una historia de separación. Estos argumentos fuera de ayudar, incrementan el desasosiego en el infante.
¿Qué puede hacer un papá o una mamá por medio de la adopción, cuando esta pregunta llega?

-          Aceptar y reconocer que su hijo tuvo un comienzo difícil en la vida y que eso inevitablemente, le va a lastimar.

-          Recordar que el dolor es parte de la vida, y si hablamos con la verdad en la mano, va a ser imposible evitarle el dolor a nuestros hijos durante sus vidas.

-          Saber que el dolor y las experiencias difíciles y duras de la vida, si se pueden superar; el dolor se puede superar. Saber que esto puede ser un proceso que toma su tiempo y tiene sus etapas; confiar, saber que el niño y niña tienen todo dentro de sí mismos para encontrar soluciones dentro de su propia experiencia, y así “reparar” su historia, subsanar su camino.

Esto es simplemente mi opinión,  lo mejor que puede hacer un padre o madre por medio de la adopción, es hablar con la verdad, aprender y por qué no, incluso hasta buscar ayuda para hacerlo de la mejor manera, con esto quiero decir respetando la edad, emociones, sentimientos de los niños y de las niñas que tuvieron un comienzo difícil en sus vidas.


Mónica Castañeda Urrutia.

Gracias al Sr. Fernando Lagos, escritor por su aportación y edición en mis escritos : )

2 comentarios: